Entre miradas y sabores
Siempre hay una chispa provocada por alguna circunstancia que nos invoca algún momento feliz de nuestra infancia. No por nada existe el dicho “que los tiempos pasados fueron mejores”. Y solo cuando nuestra vida ha viajado como en una montaña rusa entre problemas y dichas, es que nos damos cuenta que fuimos muy felices de niños y no lo sabíamos. Y éramos felices, porque nuestra mente era inocente, no estaba contaminada con todas las impurezas sociales que luego al crecer y madurar nos rodea. De niños asociamos los momentos felices de paz y tranquilidad con nuestros padres y abuelos o amigos. Y muchas...