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Diabolo Sobre todo la buena amistad

Un secreto que nunca fue secreto (I)

Diabolo
Un secreto que nunca fue secreto (I)

Se aproximaba navidad y dentro de mis planes tenía como objetivo llegar a la capital de un gran país hacia el norte el día 24. Según como lo tenía planeado salía el día 22 y llegaba el día 24. Ya había transitado este camino varios años atrás. Es un viaje largo  con cuatro paradas obligatorias.  Nunca me ha gustado tomar un bus directo a mi objetivo. Primero que aunque sea más seguro es más aburrido para mi concepto. Me gusta conocer caminando, degustar su comida en los pueblos que voy de tránsito. Y si por ultimo estás cansado te quedas en un hotel para luego seguir. Pero en este viaje no podía darme el lujo de perder mucho tiempo. Salí tarde del trabajo por algunas razones y tenía el tiempo justo es decir 48 horas para llegar a mi destino.

Pero tenía el suficiente tiempo para ir con tranquilidad. Mi primera parada obligatoria era la frontera. Ahí desembarque y una de las primeras cosas que hago y ese momento lo hice fue cambiar mi moneda a moneda nacional del otro país. Luego compre un móvil desechable que son muy baratos, para darle un comparativo tres cervezas era lo que me costaba. Ya con dinero y mi celular y por supuesto todo el mundo avisado que me iba y otros que llegaba comencé mi viaje. Esto les recomiendo que hagan cuando viajen. Así la línea del tiempo puede ubicarlos en un mapa.

Me dirigí al terminal para embarcarme hacia mi segundo destino, que queda a dos horas bueno este tiempo calculado más o menos dependiendo de cómo este el camino. Iba como siempre en mi sitio preferido de viaje. Lo más bonito de viajar es mirar los paisajes, escuchar sus problemas y de vez en cuando probar esos manjares callejeros cuando se detiene el bus por alguna razón. Eso me gusta de un viaje, volverse uno más de ellos. Vivir su vida, probar su comida y llenarse de paz interior. Un viaje no es llegar al destino y disfrutar, un viaje es justamente disfrutar el viaje.

Y disfruto a cada momento casi con memoria fotográfica, trato de llevar en mi mente lugares, dichos y hasta olores de las comidas. Y lo hago porque sé que pasado los años escribiré sobre ese viaje. Algunos amigos piensan que lo que escribo me pasó recientemente y pues están equivocados ya tiene sus años. No me había dado cuenta antes, pero cuando cruce la frontera había una pasajera que lo hizo conmigo. Y estaba dos puestos delante de mí. Me fije porque compre una botella de agua y  al mismo instante la mujer pidió otra igual. Se aprende que uno debe ceder a las damas y cedi mi botella de agua para que ella lo tome primero. Fue cuando cruce por primera vez la mirada con ella y la sonrisa de "tómela primero".  Y no falto las gracias de parte de ella.

Llegue a mi segundo objetivo ya estábamos dos horas por delante de la frontera y esperando el bus para mi tercer destino que ya es más largo su distancia como 11 o 12 horas. Y otra vez miraba a la chica de la botella de agua en la fila para comprar su boleto al siguiente destino mío.  Así son las casualidades de los viajeros. Y buscando donde queda mi número de asiento la tercera casualidad apareció  nuevamente el destino hizo que me sentara junto a ella. Y ahora si la voy a describir porque con ella viajaríamos muchas horas. Era unan chica alta bueno más alta que lo normal en mujeres cabello negro, blanca y con pecas de unos 33 a 36 años. Si bien notaba que no era la primera vez que viajaba internacionalmente su modo de ser si era muy reservado.  Creo que demasiado, son esas personas que están en la tierra pero deambulan por las nubes.  

Pasamos muchos pueblos y se venía la noche, ya el cuerpo pedía alimentos. Mi compañera de viaje seguía en lo suyo callada y de vez en cuando tomando un trago de agua. Por suerte creo que mi estómago y el del chofer estaban sincronizados y el bus se detuvo en un paradero para merendar. Bajamos todos ese era el mandato del chofer y lo siguiente era sentarse y mirar el menú. Pero note que mi compañera de viaje se quedo al lado del bus no tenía la mínima intención de comer, dentro de mi pensaba “será que está guardando la línea”. Las mujeres son todo un mundo misterioso muchas veces es mejor ni acarearse ni pronunciar una sola palabra. Y lo único que hice fue ignorarla y comer mis alimentos. Aun nos faltaba como 9 o 10 horas de viaje, es decir mucho camino. Y como faltaba bastante no estaba demás aprovisionarse nuevamente  de bebida y  algo de comer. Seguimos el camino ya entrada bien la noche, cansados algo por el viaje cerrábamos los ojos de vez en cuando. Pasadas unas horas desperté y mi compañera estaba despierta. Mi sexto sentido estaba en rojo, como que algo pasaba dentro de ella,  notaba sobre todo preocupación y nervios.

Mire su botella de agua ya no tenía ni una sola gota, opté así me cueste una mala interpretación ofrecerle mi botella de agua que compre. Me lo acepto de inmediato y mi asombro también fue inmediato ese momento, porque fue como que adivine sus deseos y de paso se rompió el hielo. Ya tenía otro semblante más amigable. Y como sabía que no había comido nada por horas, de paso le brinde algo de la comida que compre. Y también lo tomó sin nada de reparo por el medio. Me puse a pensar que tal vez solo tal vez no tenía mucho dinero para viajar. Mas adelante el bus paro unos minutos por un control de papeles y  fue el motivo para charlar un poco más con ella.

Y vino las preguntas obvias de ella hacia mí que era para donde iba y mi objetivo, y claro no me quedaba más que hacerle la misma pregunta. Pero no estaba preparado para oír su respuesta. Y cuando la escriba creo que ustedes tampoco estarán preparados. Me dijo sin inmutarse, sin rubor, ni preocupación por lo que piense de ella. Que salía de la cárcel por unos días donde le otorgaron un permiso por buena conducta, para pasar navidad con su familia. Me quede con las preguntas en la boca y con mi mente aun tratando de digerir lo que me había dicho.

Continuará…

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