Un secreto que nunca fue secreto (III)

Ya conociéndola un poco más se notaba que dentro de sus penas era una muchacha como todas, alegre, vivas con sueños y defectos. No soy de los que andan averiguando el pasado de nadie, siempre será mejor que te lo cuenten a que uno se meta en la vida de los demás. De alguna forma me tomo confianza y ya hablamos de su niñez adolescencia y hasta llegar a su problema. Para ella lo peor que tenía en su cercano futuro y lo que más temía era presentarse con su familia en Navidad. Ver la cara de su mama, hermanos y demás familiares. Le embargaba la vergüenza y todo los demás calificativos que tiene una persona cuando comete ese grave error. Es eso lo que no la dejaba descansar ni cerrar los ojos. Se llenaba de fuerza para poder pasar ese mal momento que sería llegar. De ahí estaba feliz de volver a verlos en libertad.  

Y de nuevo es ponerse en sus zapatos para dar alguno que otro consejo. Y desde un principio acerté algo que pensaba, además de su carácter reservado también pensaba que no tenía dinero y efectivamente solo tenía algo para llegar a la ciudad. Era navidad y los que somos padres sabemos que  hay que alimentar a la familia. Y no era mi familia pero ya entre en el deber de que llegue al menos algo alimentada a su destino. Al final su destino era el mío. Nos hicimos compañía mutua. Eso cambió mucho su miedo y vergüenza que tenía y de alguna forma le hice notar que ese momento si bien es duro y muy feo,  solo es un momento, La vida por suerte es larga y hay que saber asimilar las penas. Como también hay que asimilar los triunfos  y seguir siendo humilde. Y aquí ella debía demonstrar su humildad, reconocer que es un error y  mirar adelante.

De ratos ya nos reíamos de la vida y de sus cosas, hay penas que las llevamos como cruz. Pero como siempre digo. Si la vida no nos resuelve el problema. Nosotros debemos resolverlo. Creo que fui su psicólogo y terapeuta por ratos. Ya estábamos encaminados en la amistad así que era mucho más fácil conversar y abrirse. Llegamos al antepenúltimo destino del viaje, eran casi las 8 de la mañana. Y nos merecíamos aflojar las piernas y desayunar. Paulina así se llamaba mi nueva amiga de viaje. Ya cambio el semblante ya era otra viajera más. Además nos faltaba como 20 horas de camino eso quiere decir que para preocuparse de su llegada aún tenía tiempo. Conversamos mucho de cómo fue su vida adentro. Si uno no la conoce y la mira por primera vez se le nota una mujer fuerte con carácter. Pero ya conociéndola algo se notas que era dócil.  

Y aquí la mayoría de las personas creemos que si la vida nos golpea debemos ser duros. Y no es así, si la vida te golpea se tú mismo como siempre. El carácter si se cambia de alguna forma pero eso se llama madurez. Pero donde debes cambiar es en la fortaleza. Se buena persona no te desquites con el mundo. Te querrán más por lo que tienes dentro que por lo que muestras por fuera. Soy de carácter positivo, y no solo el carácter lo tengo así. Mi voluntad es también es así. Oía con mucha atención todo lo que me contaba, al fin parecía que se estaba desahogando. Y al momento que lo hacía vaciaba sus temores y se alimentaba de nuevo de la vida optimista. Ya estábamos hablando de sus sueños, de sus metas, otra vez estaba encaminada donde por esos azares el destino desvió su vida. No  importaba empezar de nuevo. Y yo ni lo llamo empezar simplemente digo, Cambiar de Camino. Nos faltaban 10 horas para llegar a nuestro penúltimo destino y tanto ella como yo éramos los típicos turistas dentro del bus mirando todo y hablando de todo.

Transitamos 10 horas en el día entre paradas y buses se nos hizo corto el viaje.  En este trayecto con mi teléfono le hice conversar con su familia para que vaya rompiendo ese temor. Algún ratio hasta hable con su hermana  y de igual forma las preparaba psicológicamente que no vean su  llegada como un problema, sino como una bendición. Y al final eso es, estar en una cárcel y salir de ese mundo intacta mental y físicamente si era una bendición. Llegamos como 11 de la noche a nuestro penúltimo destino. Ya el cansancio del viaje se hace mucho más evidente. Por suerte es el último viaje y lo realizaremos por la noche. Llegaremos el día 24 de Diciembre como a medio día a nuestro destino final.

Continuará…