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Diabolo Sobre todo la buena amistad

El Pueblo Caliente (IV)

Diabolo
El Pueblo Caliente (IV)

En la presentación con los empleados me daba cuenta que había apellidos dominantes, repetitivos. Según la historia los primeros trabajadores conformaban poquísimas familias, luego al pasar los años estas mismas familias comenzaron no solo a procrear y agrandar las familias. Ustedes saben que pueblo chico infierno grande. Luego me contarían que hubo traiciones y casamientos entre familiares, se casaban tíos con sobrinas o entre primos etc. etc. Así que mejor era mantener la boquita cerrada y no ofender a nadie. Finalmente todos eran parientes entre si de alguna forma. Y como sabemos la familia es lo primero. Había que guardar la compostura y peor estar de coqueto porque una ofensa era ofensa al mismo pueblo.

Luego ya entrado en confianza me enteraba que además de casarse entre familiares, también había las gateadas nocturnas donde los hijos que se pensaban eran de la pareja resultaba ser del vecino.  Es gente muy alegre y muy pasionaria a la vez. Tiene mucha sensibilidad por ciertos temas y conversar con ellos es llegar a conocer la gente campesina de toda o la mayoría de Sudamérica. En mis viajes ya luego descubriría que todos tienen la misma sensibilidad y pasión. Lo único que cambia será su modo de hablar y forma de trasmitir sus alegrías y penas. Mientras más al norte vayas será un acordeón y guitarra lo que acompañe las voces y mientras más al sur vayas, serán instrumentos más prehispánicos. Pero en sí. Su sentimiento es el mismo. Y claro su  picardía también.

Ya paso un mes de habitar Pueblo Caliente, me acostumbre un poco a las picaduras de mosquitos y al volar de los murciélagos sobre mi cabeza. Regresaba de mi habitual transitar mirando como funciona la plantación, ya se ponía de nuevo el sol  y entraba a mi casa cuando mire de nuevo esos ojos amarillos que vi el primer día. Y estaba allí mismo donde lo había notado la primera vez. Pero ahora ya dueño y señor de mi casa y con ya menos temor lo quería ubicar. Tenía la curiosidad de saber que estaba detrás de esos ojos.  Me acerque con cuidado sin que medie muchos movimientos y lo vi ahora si de cerca. Era una tarántula de casi el tamaño de mi mano  con unos ojos que al estar obscuro brillaban como gato. Al menos no salí corriendo pero si le dije a Pedro que la saque de la casa porque no quería que me haga compañía todo el tiempo. Por cierto odio los insectos pero jamás los mato. Dejo tranquilamente que huyan.

Pasaba el tiempo y cada vez estaba más adaptado al pueblo y el pueblo a mí. Ya me veían como uno de ellos. Algo que tenían como ley en el pueblo y que les inculco el abuelo dueño de la plantación era que cada fin de mes;  les festejaba los cumpleaños a los trabajadores más antiguos que cumplían ese mes. Y cómo les festejaba era lo excepcional. Si eras el cumpleañero te daba un burro y dos sacos (costales). Y se preguntarán cual es el regalo. El regalo era dejar que tome la cantidad de cacao que pueda recoger de la zona dulce en el término de 30 minutos. En moneda para que ustedes entiendan un saco de cacao bien seco tendría un valor actual de $250 dólares El dueño y señor de la hacienda era una persona muy generosa con los trabajadores. Y eso se volvió luego una ley para los administradores.

Esas tradiciones muy propias de esa tierra más sus comidas y canciones calaban en mi otro espíritu. De apoco dejaba de ser el típico citadino miedoso y cómodo para ir transformándome en un actor más del teatro de la naturaleza viva. En lugar de que la gente aprenda algo de mí de todo un estudioso sabe loto, aprendía de ellos a valorar la tierra y sus frutos. Y por supuesto respetar la vida de todo ser vivo. Ya me tenían a mí como un amigo más y claro a los amigos se les hace bromas y como sabían que  tenía miedo a los insectos un día me la hicieron muy bien la broma.

Para describirles les voy a relatar cual es proceso de corte del banano. Y que para documentar mi trabajo también lo hice,  Este proceso es el corte y embalaje del banano. Era muy simple alguien corta los racimos y otra persona lo recibe abajo y lo traslada a la piscina donde luego de sumergirlos en agua con algunos componentes es medido y embalado para su `posterior traslado a puerto. No hay nada de misterio, el misterio era lo que me tenían preparado. Salvo subir a cortar los racimos hacia todo lo demás del proceso y ese día recibía el racimo para llevarlo a la piscina. Lo que no sabía era que en ese racimo estaba el nido de un insecto muy parecido a una avispa pero más pequeña, pero no te pica pero se te mete entre tus cabellos  y te molesta.

Y  como buen citadino miedoso casi muero ese rato del susto, pensé que terminaría mi vida picado por avispas y lo único que pensé era sumergirme en la piscina. Y eso mismo hice ante la risa de todo el pueblo. Hasta hoy me acuerdo de tremenda burla que me hicieron, todo estaba preparado escogieron muy bien el racimo con el insecto y  lo demás es cuento.    

Continuará…

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