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Diabolo Sobre todo la buena amistad

El Pueblo Caliente (III)

Diabolo
El Pueblo Caliente (III)

Sentí que vivir en una  plantación no era para mí,  me iba traumando con todo lo que se movía. Quería entrar rápido a la casa no quería sentir un picado más y peor un murciélago que vuele por encima de mi cabeza. Entre presuroso y ya no salir porque era casa moderna con todo  lo que se necesita. Mi trabajo era desarrollar un sistema de inventarios y costos de producción. Querían saber cuánto se produce y eso seguramente serviría para definir el futuro de la plantación. Hable con la persona a cargo que era la encargada de administrar la hacienda. Definimos mi trabajo y por mi parte ya quería empezar no quería que se prolongue más de lo debido.  El clima y el lugar ya de por si no eran mucho de mi agrado.

Me despedí y fui para mi “casa”, transitaba con todo el temor los 100 metros que se distanciaba una casa a otra. Abrí la puerta conjuntamente con el trabajador que me guiaba nuevamente y lo primero que vi eran unos ojos grandes amarillos en la escalera que sube al segundo piso. Me quede sentado en la sala mientras el trabajador iba a prender el generador eléctrico de la casa. Y se prendió rápido por suerte alumbro toda la casa, esperaba ver al gato que se suponía estaba en la escalera. No lo encontraba por ninguna parte. Y pregunte al trabajador que si tenían gato y me dijo que no. No hable más del tema supuse que vi algo mal. Ël tomo asiento y comenzamos a conversar, cuando miro que del segundo piso baja un planeador directo a mi cabeza y antes de chocar contra mí gira hacia otro lado. Se me paralizo el corazón, pero sabía lo que era. Había murciélagos en la casa que se adentraban por los respiradores de la planta alta.

No quería estar en esa casa, sentía temor por todo lo que podía encontrar. Era una casa abandonada que estaba dentro de la herencia pero como aún no se  repartía estaba abandonada. Y como era vieja peor aún.  Pedro era el nombre del trabajador que dormía en un dormitorio cuidando la casa. Y para mi si era suerte porque yo solo me moría. De alguna forma el tranquilizaba mis temores sobre bichos y murciélagos. Ya tenía sueño pero no quería acostarme venía a mi mente la imagen de murciélagos en mi cama además de bichos que existen en esa región. Me tranquilizo saber que se dormía bajo un toldo, algo es algo, peor dormir sin protección… No podía dormir, oía perfectamente el ruido de los murciélagos cuando hacen su sonido particular. Y aunque no los vi la primera noche si permanecían a unos tres metros por encima mi cama sobre una columna.

Con temor soñoliento logre dormir y quería rápido despertar para salir a conocer la hacienda. Y no era por comenzar a trabajar. Era por salir de la casa lo más pronto posible. Me advirtieron desde el inicio que debo usar botas largas y pantalón grueso. Mucho repelente y tener cuidado por donde camino.  La haciendo se dividía en varios sectores. "El patito bonito", que era la parte donde existía la plantación actual de banano. "El patito feo" que es la zona abandonada de la antigua producción. "La zona dulce" donde se planta cacao, "La frutal" donde había frutas diversas. "La virgen" donde casi no había entrado un ser humano y ahí había que tener mucho cuidado porque la maleza era muy pesada no se veía el suelo. Pero salvo  el patito bonito en cualquier parte te podías encontrar con serpientes venenosas. Por lo mismo había que andar con botas largas.

Se imaginan un citadino con miedo a los insectos transitando por esa hacienda. No sabía dónde era más seguro si en la casa o fuera de ella. Por donde andaba sentía temor. Así que pasaba mucho mas tiempo por el patito bonito... Paso rápido el tiempo y ya había visto casi toda la hacienda unos ratos en auto y otras caminando. Se acerco la hora de comer y ahora si me presentaba personalmente dando mi saludo con la mano a todos y cada uno de los trabajadores de la hacienda y sus familias. Conversamos por un largo tiempo mientras saboreaba los manjares de la zona. Y es en esta conversación de donde se me vino el nombre de “Pueblo Caliente”. Y van estar de acuerdo conmigo.

Continuará…

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